viernes, 5 de septiembre de 2014

El gigante de las Pampas argentinas

Sin duda alguna, una de las máximas figuras de la literatura hispanoamericana, tanto en prosa como en poesía, lo fue el argentino Jorge Luis Borges.

En México es inolvidable la ocasión en la cual Vicente Fox como presidente de México, posiblemente en un afán de presumir aquello de lo que carecía, se refirió a Jorge Luis Borges como José Luis Borgues; esto es, equivocándose en el nombre de pila y pronunciando la “g” como se pronuncia en la palabra “amigo”, en lugar de pronunciarla como una “j”, esto es, como se pronuncia en la palabra “ángel”, o sea pronunciándolo como Borgues, y esto lo hizo ante el Rey Juan Carlos en un Congreso de la Lengua Española celebrado en Madrid en 2002. Posteriormente el mismo Vicente Fox le otorgó un Premio Nobel que hasta la fecha el ya difunto Borges no ha recibido, todo lo cual le propició a Vicente Fox un alud de críticas en las redes sociales en virtud de que se trataba de uno de los literatos más famosos del mundo de habla hispana y no de cualquier desconocido (y aunque se hubiera tratado de un desconocido, el apellido Borges es un apellido común que cualquier persona debería poder pronunciarlo correctamente, más tratándose del máximo Ejecutivo); quedando mal parado como un ranchero simplón e inculto de Guanajuato que llegó a la presidencia de México no por altos méritos personales sino por azares del destino aprovechándose de una época en la que el pueblo de México estaba más que ansioso de sacudirse y quitarse de encima un monolítico sistema unipartidista que bajo una falsa fachada de democracia se había entronizado en el poder por espacio de siete décadas instalando monarcas sexenales absolutos con facultades cuasi-imperiales. Lo menos que esto demuestra es que el tratar de presumir en actos solemnes de una cultura que no se tiene puede resultar contraproducente, y es mejor quedarse callado y dejar pensar que los demás crean que uno es un tonto, que abrir la boca y removerles la duda.

La mejor manera de honrar a un poeta es leyéndolo, y con esto en mente daremos lectura al siguiente poema de Jorge Luis Borges, cuya lectura por sí sola revela la temática de los versos.




Milonga del forastero
(De Historia de la noche, 1977)

La historia corre pareja
La historia siempre es igual;
La cuentan en Buenos Aires
Y en la campaña Oriental.

Siempre son dos los que tallan,
Un propio y un forastero;
Siempre es de tarde. En la tarde
Está naciendo el lucero.

Nunca se han visto la cara,
No se volverán a ver;
No se disputan haberes
Ni el favor de una mujer.

Al forastero le han dicho
Que en el pago hay un valiente.
Para probarlo ha venido
Y lo busca entre la gente.

Lo convida de buen modo
No alza la voz ni amenaza;
Se entienden y van saliendo
Para no ofender la casa.

Ya se cruzan los puñales,
Ya se enredó la madeja,
Ya quedó tendido un hombre
Que muere y que no se queja.

Sólo esa tarde se vieron.
No se volverán a ver;
No los movió la codicia
Ni el amor de una mujer.

No vale ser el más diestro,
No vale ser el más fuerte;
Siempre que muere es aquél
Que vino a buscar la muerte.

Para esa prueba vivieron
Toda su vida esos hombres;
Ya se han borrado las caras,
Ya se borrarán los nombres.


Al igual que su tocayo Jorge Manrique que tras la muerte de su padre escribió unas ya famosas coplas en Castellano un poco antigüo, Borges también se acordó de su padre elaborando la siguiente composición:


A mi padre
(De La Moneda de Hierro, 1976)

Tú quisiste morir enteramente. 
La carne y la gran alma. Tú quisiste 
Entrar en la otra sombra sin el triste 
Gemido del medroso y del doliente. 
Te hemos visto morir con el tranquilo 
Ánimo de tu padre ante las balas. 
La roja guerra no te dio sus alas, 
La lenta parca fue cortando el hilo. 
Te hemos visto morir sonriente y ciego. 
Nada esperabas ver del otro lado, 
Pero tu sombra acaso ha divisado 
Los arquetipos que Platón el Griego 
Soñó y que me explicabas. Nadie sabe 
de que mañana el mármol es la llave.


En la obra literaria de Jorge Luis Borges se puede apreciar una fijación en los espejos, tema al que recurre con frecuencia, y en los cuales parece sentirse transportado hacia otro mundo, hacia otras dimensiones. Esto lo podemos ver en el primer poema con respecto al tema de los espejos que se muestra a continuación:


Al espejo
(De La rosa profunda, 1975)

¿Por qué persistes, incesante espejo?
¿Por qué duplicas, misterioso hermano,
el movimiento de mi mano?
¿Por qué en la sombra el súbito reflejo?
Eres el otro yo de que habla el griego
y acechas desde siempre. En la tersura
del agua incierta o del cristal que dura
me buscas y es inútil estar ciego.

El hecho de no verte y de saberte
te agrega horror, cosa de magia que osas
multiplicar la cifra de las cosas
que somos y que abarcan nuestra suerte.

Cuando esté muerto, copiarás a otro
y luego a otro, a otro, a otro, a otro…


Este es el siguiente poema de Borges que trata sobre el mismo tema:


El espejo
(De Historia de la noche, 1977)

Yo, de niño, temía que el espejo
Me mostrara otra cara o una ciega
Máscara impersonal que ocultaría
Algo sin duda atroz. Temí asimismo
Que el silencioso tiempo del espejo
Se desviara del curso cotidiano
De las horas del hombre y hospedara
En su vago confín imaginario
Seres y formas y colores nuevos.
(A nadie se lo dije; el niño es tímido.)
Yo temo ahora que el espejo encierre
El verdadero rostro de mi alma,
lastimada de sombras y de culpas,
El que Dios ve y acaso ven los hombres.


No es muy conocido el hecho de que Borges compuso un poema que tiene por título “México”. Este poema tal vez le interese a varios lectores porque no es fácil de encontrarlo con los motores de búsqueda de Internet usando como referentes las palabras Jorge Luis Borges y México, ya que si se hace tal cosa se arrojarán muchos resultados en los que en lugar de hacerse referencia a tal poema se hace referencia a una visita que Borges hizo a México o a homenajes que se le han hecho a Borges en México.


México
(De La moneda de hierro, 1976)

¡Cuántas cosas iguales! El jinete y el llano,
La tradición de espadas, la plata y la caoba,
El piadoso benjuí que sahúma la alcoba
Y ese latín venido a menos, el castellano.
¡Cuántas cosas distintas! Una mitología
De sangre que entretejen los hondos dioses muertos,
Los nopales que dan horror a los desiertos
Y el amor de una sombra que es anterior al día.
¡Cuántas cosas eternas!El patio que se llena
De lenta y leve luna que nadie ve, la ajada
Violeta entre las páginas de Nájera olvidada,
El golpe de la ola que regresa a la arena.
El hombre que en su lecho último se acomoda
Para esperar la muerte. Quiere tenerla, toda.

sábado, 26 de julio de 2014

La Amada Inmóvil



Una de las colecciones de poemas de más profunda inspiración fueron los poemas que el notable Amado Nervo, seudónimo de Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo y Ordaz (casi nunca es conocido por su verdadero nombre, sino por el seudónimo que él mismo seleccionó como su sello personal), compuso para reunirlos en un libro titulado La Amada Inmóvil, en recuerdo y homenaje de la que fue su inseparable compañera.

Se han seleccionado cuatro de los poemas que aparecen en dicho libro, esperando que sean del agrado de los lectores.

He aquí el primer poema:

La lección
(De La Amada Inmóvil)

Ya te acercas al final
tu lección está aprendida
y tu gema fue pulida
y dio rosas tu rosal.
Una esfera de cristal
es, por su unidad, tu vida.
Ya pasó la turbulencia
de tu atolondrado día.
Hay una melancolía
mansa y grave en tu existencia,
y cobra una transparencia
celeste tu poesía.
Goza, pues, tu atardecer,
con sosiego, sin temor.
Dile a tu amigo el dolor:
«¡Anda en paz, sombra de ayer!»
Y vuelve a Dios el amor
que pusiste en la mujer.
En ÉL está el embeleso
de la rubia y la morena;
en ÉL está la urna llena
de los deleites del beso;
ÉL es la fuente serena
e inmortal de todo eso...
De todo eso que encanta,
nuestra peregrinación;
de cuanta noble ilusión
nos reconforta, de cuanta
mental transfiguración
al éxtasis nos levanta.
Este mundo, ÉL lo pensó,
ÉL, saliendo de sí mismo,
la identidad del ABISMO
con formas diferenció.
ÉL la gran malla tejió
del espacio y del guarismo.
Y aunque es el DIOS ESCONDIDO
tras persistente capuz,
hay dos escalas de luz
que ÉL al alma le ha tendido:
LA ORACION... y aquel gemido
intercesor de la CRUZ.
No hay grito al que no responda,
ni angustia que le hable en vano.
Echa, espíritu, la sonda
de tu amor en este Arcano
del DIVINO AMO: ¡ cuán onda
su vastedad de océano!
¡Cuán bella su plenitud,
que ningún, alma es capaz
de medir! ¡Cuán eficaz
contra el dolor, su virtud!
¡Cuán inmensa su quietud!
¡Cuán misteriosa su paz!

. . . . . . . . . . .

Ya te acercas al final;
tu lección está aprendida
y tu gema fue pulida
y dió rosas tu rosal.
Una esfera de cristal
es, por su unidad, tu vida.


He aquí el segundo poema:

Hatha-Yoga
(De La Amada Inmóvil)

Yo tengo la voluntad
en ejercicio perpetuo:
esa voluntad que acaba
por mandar (si persevero)
a las almas de los vivos
y a las almas de los muertos.

La voluntad, que en la lucha,
en el noble vencimiento
de si mismo, a cada instante
va creciendo, va creciendo,
y al fin transporta montañas,
y al cabo enciendo luceros.

Yo tengo la voluntad:
con ella todo lo tengo,
pues Dios mismo sólo es
una voluntad sin término,
que exterioriza, penetra
y mantiene el universo.

Yo tengo la voluntad...,
mas no la gasto en terrenos
antojos, ni en procurar
privanzas, honras, empleos.
Mis alas suben más alto:
van lejos, mucho más lejos.
Mi reino no es de este mundo,
y he de llegar a mi reino.


He aquí el tercer poema:


La muerte, nuestra señora
(De La Amada Inmóvil)

La muerte, nuestra señora,
está llena de respuestas:
de respuestas para todos
los porqués de la existencia.

Silencio de los silencios
tal vez llamarla deberian;
mas, quien sabe interrogarla,
quien tiene fina la oreja,
escucha cosas muy hondas
en medio de las tinieblas.

Es una dama pálida
la Muerte; ¡mas tan serena!
con unos ojos inmensos
que miran de una manera...

Sobre sus hombros de mármol,
en que los besos se hielan,
cae en negros gajos fúnebres
la majestad de las trenzas.

¡Qué afiliadas son sus manos!
¡Qué seguras, qué expertas!
¡Cogen nuestra alma al morirnos
con una delicadeza!...

¡Qué maternal su regazo!
¡y qué benigna y que tierna
su boca, que nos dará,
en voz baja, las respuestas
a los porqués angutiosos
que torturan la existencia!


Y he aquí el cuarto poema:

La santidad de la muerte
(De La Amada Inmóvil)

La santidad de la muerte
llenó de paz tu semblante,
y yo no puedo ya verte
de mi memoria delante,
sino en el sosiego inerte
y glacial de aquel instante.

En el ataúd exiguo,
de ceras a la luz fatua,
tenía tu rostro ambiguo
quietud augusta de estatua
en un sarcófago antiguo.

Quietud con yo no sé qué
de dulce y meditativo;
majestad de lo que fue;
reposo definitivo
de quién ya sabe el porqué.

Placidez, honda, sumisa
a la ley; y en la gentil
boca breve, una sonrisa
enigmática, sutil,
iluminando indecisa
la tez color de marfil.

A pesar de tanta pena
como desde entonces siento,
aquella visión me llena
de blando recogimiento
y unción..., como cuando suena
la esquila de algún convento
en una tarde serena...


jueves, 12 de junio de 2014

Juventud, divino tesoro




¿Quién no ha escuchado alguna vez la frase “Juventud, divino tesoro”? Esta frase sin lugar a dudas se originó por vez primera en el poema que veremos a continuación (no me ha sido posible encontrar una referencia en la que tal frase haya sido usada previamente por otra persona) elaborado por Rubén Darío, considerado como el poeta del modernismo.


Canción del Otoño en Primavera
Rubén Darío

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este
mundo de duelo y aflicción.

Miraba como el alba pura;
sonreía como una flor.
Era su cabellera obscura
hecha de noche y de dolor.

Yo era tímido como un niño.
Ella, naturalmente, fue,
para mi amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé...

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

La otra fue más sensitiva,
y más consoladora y más
halagadora y expresiva,
cual no pensé encontrar jamás.

Pues a su continua ternura
una violenta pasión unía.
En un peplo de gasa pura
una bacante se envolvía...

En sus brazos tomó mi ensueño
y lo arrulló como a un bebé...
Y le maté, triste y pequeño,
falto de luz, falto de fe...

Juventud, divino tesoro,
¡te fuiste para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

Otra juzgó que era mi boca
el estuche de su pasión;
y que me roería, loca,
con sus dientes el corazón,
poniendo en un amor de exceso
la mira de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso
síntesis de la eternidad;
y de nuestra carne ligera
imaginar siempre un Edén,
sin pensar que la Primavera
y la carne acaban también...

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer.

¡Y las demás! En tantos climas,
en tantas tierras siempre son,
si no pretextos de mis rimas
fantasmas de mi corazón.

En vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar! 

Mas a pesar del tiempo terco,
mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris, me acerco
a los rosales del jardín...

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

¡Mas es mía el Alba de oro!

viernes, 30 de mayo de 2014

Una poetisa norteamericana fuera de serie



El 28 de mayo de 2014 falleció una de las poetisas norteamericanas más extraordinarias del siglo XX, la cual pese a haber sufrido experiencias terribles en su juventud que muchos serían incapaces de superar logró levantarse con sus propias alas para dejar tras de sí un legado que se le reconoció en vida.

A sus escasos 8 años, Maya Angelou fue violada por el entonces novio de su madre y su agresor fue golpeado hasta la muerte. Estos sucesos constituyeron un acto traumático que provocó a Maya un mutismo patológico. Esta etapa de su vida es relatada en su novela autobiográfica: I know why the caged bird sings (Sé por qué el pájaro enjaulado canta), publicada en 1970. En ella, relata su infancia al lado de su abuela puritana, la relación complicada con su madre y su embarazo siendo una adolescente soltera de 16 años. En plena situación de mudez descubre la vocación por el idioma. Permanece muda durante cinco años hasta que una profesora consigue que vuelva a hablar, tras convencerla de que solo podría apreciar las letras si es capaz de hablar nuevamente.

Al final de su vida quedó considerada como una de las mujeres más extraordinarias del siglo XX, y en casi todas sus obras denuncia el racismo, y exalta el valor, la perseverancia, la supervivencia y la autoestima propia.

En este rincón poético, dirigido a lectores del mundo de habla hispana, no se acostumbra hacer referencias a poemas que por estar elaborados en una lengua extranjera (en este caso, el inglés) posiblemente no serán comprendidos a cabalidad por quienes no han adquirido proficiencia en dicho idioma. Sin embargo, por esta ocasión, y por tratarse de quien se trata, se hará una excepción reproduciéndose uno de los poemas mejor conocidos de Maya Angelou, el poema “I know why the caged bird sings”, el cual fue la punta de lanza de su libro autobiográfico con el mismo título.


I know why the caged bird sings
Maya Angelou

The free bird leaps
on the back of the wind
and floats downstream
till the current ends
and dips his wings
in the orange sun rays
and dares to claim the sky.

But a bird that stalks
down his narrow cage
can seldom see through
his bars of rage
his wings are clipped and
his feet are tied
so he opens his throat to sing.

The caged bird sings
with fearful trill
of the things unknown
but longed for still
and his tune is heard
on the distant hill 
for the caged bird
sings of freedom

The free bird thinks of another breeze
and the trade winds soft through the sighing trees
and the fat worms waiting on a dawn-bright lawn
and he names the sky his own.

But a caged bird stands on the grave of dreams
his shadow shouts on a nightmare scream
his wings are clipped and his feet are tied
so he opens his throat to sing

The caged bird sings
with a fearful trill
of things unknown
but longed for still
and his tune is heard
on the distant hill
for the caged bird
sings of freedom.


Cualquier poesía, traducida a otro idioma, irrevocablemente pierde la rima que el autor le haya dado en la lengua original, pierde parte de la esencia. Sin embargo, ello no es excusa para no dar aquí una version en castellano de la obra cumbre con la que seguramente Maya Angelou sera recordada por generaciones futuras. Hela aquí (se advierte de antemano que el poema tiene varias metáforas de sentido profundo que hacen que, inclusive en ingles y tomando en cuenta las experiencias vividas por Maya Angelou, se tenga que reflexionar sobre sus dobles sentidos para que pueda ser entendido bien, al igual que un cuadro de Pablo Picaso que tiene que solo puede ser comprendido viéndolo una y otra y otra vez, cuantas veces sea necesario, hasta que sea comprendido):


Yo sé por qué el pájaro enjaulado canta
Maya Angelou

El pájaro libre salta
al lomo del viento
y flota viento abajo
hasta que cesa la corriente;
moja sus alas
en el naranja de los rayos de sol
y osa reclamar el cielo.

Pero un pájaro que acecha
en su jaula angosta
apenas puede ver tras
las rejas de rabia
sus alas están contraídas y
sus pies atados luego,
abre la garganta para cantar.

El pájaro enjaulado canta
un temeroso trino
sobre algo desconocido
mas ansiado aún
y desde la lejana colina
se escucha la melodía
pues el pájaro enjaulado
canta a la libertad.

El pájaro libre imagina otra brisa
y tenues vientos alisios entre árboles anhelantes
y los gruesos gusanos que aguardan en el pasto iluminado de alba
y designa al cielo como suyo.

Pero un pájaro enjaulado permanece inmóvil sobre la tumba de los sueños
grita su sombra en el clamor de una pesadilla
sus alas están contraídas y sus pies atados
y luego abre la garganta para cantar.

El pájaro enjaulado canta
un temeroso trino
sobre algo desconocido
mas ansiado aún
y desde la lejana colina
se escucha la melodía
pues el pájaro enjaulado
canta a la libertad.


Existen varios sitios en Internet a donde el lector puede acudir para escuchar el poema como es recitado en Inglés, lo cual se recomienda para poder apreciar la profundidad con la cual Maya Angelou podía percibir su entorno y la vida que giraba alrededor de ella. “El pájaro enjaulado canta con trino de miedo por las cosas desconocidas, pero aún con anhelo y se escucha su melodía en el lejano castro, el pájaro enjaulado canta a la libertad”, escribió Maya Angeloud. “El pájaro libre piensa en otra brisa, en un intercambio de suaves vientos a través de árboles suspirando y los gusanos de grasa en el césped esperando por un amanecer brillante y da nombre a su propio cielo”.

El poema anterior es el más conocido de la pluma de Maya Angelou, pero ciertamente no es el único. He aquí otro poema suyo que tal vez convenza a quienes aún no tienen elementos del idioma Inglés a tomar conocimiento de dicho idioma. Y por cierto, una ventaja de aprender idiomas es que podemos apreciar en su plena dimensión la inspiración original del autor cuando lo leemos o lo escuchamos en su propio idioma, como en el caso de Dante Alighieri, cuya poesía resultó tan extraordinariamente potente que incluso traducida fue capaz de vencer y sobreponerse a las barreras del idioma para transmitir algo que debe ser de esencia espiritual universal.


Still I Rise
Maya Angelou

You may write me down in history
With your bitter, twisted lies,
You may trod me in the very dirt
But still, like dust, I'll rise.

Does my sassiness upset you?
why are you beset with gloom?
'Cause I walk like I've got oil wells
pumping in my living room.

Just like moons and like suns,
With the certainty of tides,
Just like hopes springing high,
Still I'll rise.

Did you want to see me broken?
Bowed head and lowered eyes?
Shoulders falling down like teardrops.
Weakened by my soulful cries.

Does my haughtiness offend you?
Don't you take it awful hard
'Cause I laugh like I've got gold mines
Diggin' in my own backyard.

You may shoot me with your words,
You may cut me with your eyes,
you may kill me with your hatefulness,
But still, like air, I'll rise.
Does my sexiness upset you?
does it come as a surprise
That I dance like I've got diamonds
At the meeting of my thighs?

Out of the huts of history's shame
I rise
Up from a past that's rooted in pain
I rise
I'm a black ocean, leaping and wide,
Welling and swelling I bear in the tide.

Leaving behind nights of terror and fear
I rise
Into a daybreak that's wondrously clear
I rise
Bringing the gifts that my ancestors gave,
I am the dream and the hope of the slave.
I rise 
I rise 
I rise.
Maya Angelou


sábado, 15 de febrero de 2014

Poesía erótica

Aunque el título de esta entrada parezca atrevido, no vayan a pensar mis lectores por quienes tengo el más profundo respeto que he puesto aquí materiales que puedan ser considerados indecorosos. Los poemas que aquí se reproducen forman parte de una colección de poemas de Rubén Darío puestos en un libro precisamente bajo ese título, Poesía erótica. Se trata del mismo autor que compuso el poema clásico “Los motivos del lobo” que está puesto en otra entrada dentro de este rincón poético. A diferencia de lo que algunos de las nuevas generaciones desinhibidas pudieran esperar encontrar por lo que sugiere el título, la poesía erótica es la poesía del amor, la cual sin entrar en detalles explícitos deja mucho a la inspiración y algo a la imaginación. Tómese en cuenta que Rubén Darío pertenece a una generación en la que una mujer que usaba una falda mostrando sus pantorrillas por debajo de la rodilla era considerada una mujer disoluta e inmoral, y si mostraba su espalda con algún vestido de noche usado en una fiesta de gala se le tachaba de adúltera y pecadora en grado sumo. Los convencionalismos morales del ayer seguramente ocasionarían la risa en no pocos jóvenes de hoy.

En el libro citado, hay un prólogo elaborado por el conocido académico Alberto Acereda de Radford University en el cual observa entre muchas otras cosas lo siguiente: “La poesía erótica de Rubén Darío es el resultado de su amor por la vida y por la mujer, de su visión amorosa ante el arte, la belleza y el ideal, pero, a la vez, es consecuencia de una vida llena de desencantos sentimentales y de ciertos episodios que marcan fatalmente a Darío. El Eros vital de Darío queda reflejado, en definitiva, en un Eros poético de indudable valor lírico que es testimonio de un dolor angustiado de corte existencial, todo él mezclado con lo órfico-pitagórico y lo oculto. De mujer en mujer, Rubén Darío Goza, sin duda, de lo físico, pero su búsqueda se encamina a la unión con lo espiritual. El acto sexual se convierte casi en un sacramento de comunión con la enigmática divinidad y la mujer es medio para llegar al conocimiento del misterio”.

Sin mayores preámbulos, se reproducirá a continuación un poema que no es fácil encontrar en Internet, porque si se usa el solo título del poema como criterio único para llevar a cabo la búsqueda se arrojarán muchos resultados en los que la palabra no se usa como título sino como parte integral dentro de frases de poemas, y se usa en forma repetida de modo intenso. Incluso si se le agregan las palabras Rubén Darío a la palabra “ella” será raro encontrar los sitios Web que albergan el poema en virtud de que la palabra “ella” es una de las más usadas en muchos lugares y muchos poemas.




Ella

¿La conocéis? Es flor encantadora
que baña el rayo del naciente día;
ella robó sus tintes a la aurora
y mi alma la viste de poesía.

Ella vive en mi mente solitaria,
la veo en las estrellas de la tarde.
Es el ángel que lleva mi plegaria
cuando el sol en ocaso apenas arde.

En los cálices blancos de las flores
su aliento perfumado yo respiro,
la veo del oriente en los albores,
y doquiera mirándola deliro.

¿La conocéis? Es vida de mi vida,
del corazón la fibra más sonora;
ella, el perfume de mi edad florida;
mi luz, mi porvenir, mi fe, mi aurora.

¡Qué no hiciera por ella! Yo la adoro,
como el lirio a la linfa cristalina;
es ella mi esperanza, ella mi lloro,
mi juventud y mi ilusión divina.

Guardo su amor como el ensueño santo
de mi enlutada solitaria vida,
y le consagro misterioso canto
cual triste endecha de ilusión perdida.


He aquí el siguiente poema de Rubén Darío, un poco más explícito pero dejando prudentemente casi todo a la imaginación del lector:


Amada, la noche llega

Amada, la noche llega,
las ramas que se columpian
hablan de las hojas secas
y de las flores difuntas.
Abre tus labios de ninfa,
dime en tu lengua de musa:
¿recuerdas la dulce historia
de las pasadas venturas?
¡Yo la recuerdo! La niña
de la cabellera bruna,
está en la cita temblando,
llena de amor y de angustia.
Los efluvios otoñales
van en el aura nocturna,
que hace estremecerse el nido
en que una tórtola arrulla.
Entre las ansias ardientes
y las caricias profundas,
ha sentido el galán celos
que el corazón le torturan.
Ella llora, él la maldice,
pero las bocas se juntan...
En tanto los aires vuelan
y los aromas ondulan,
se inclinan las ramas trémulas
y parece que murmuran
algo de las hojas secas
y de las flores difuntas.


El tercer poema de Rubén Darío que se reproduce aquí tomado del libro Poesía erótica tiene por título “Florentina”, aunque es encontrado también en varios textos impresos bajo el título “Sobre el diván”:


Florentina

Sobre el diván dejé la mandolina
y fui a besar la boca purpurina,
la boca de mi hermosa Florentina.

Y es ella dulce y rosa y muerde y besa;
y es una boca rosa, fresa;
y Amor no ha visto boca como ésa.

Sangre, rubí, coral, carmín, claveles,
hay en sus labios finos y crueles
pimientas fuertes, aromadas mieles.

Los dientes blancos riman como versos,
y saben esos finos dientes tersos
mordiscos caprichosos y perversos.

Dulce serpiente, suave y larga poma,
fruta viva y flexible, seda, aroma,
entre rosa y blancor, la lengua asoma.

La florentina es sabia, y ella dice
que en ella están Helena y Cloe y Nice,
y Safo y Clori y Galatea y Bice.

Su risa es risa de una lira loca:
en el teclado de sus dientes toca
Amor la sinfonía de su boca.

Y ese cáliz hallé de mieles lleno,
y él el placer y el mal puso en mi seno,
y en él bebí la sangre y el veneno.

sábado, 28 de diciembre de 2013

El Cantar del Mío Cid



Los orígenes del Castellano nos llevan a tiempos que se dieron antes del descubrimiento de América, a los tiempos de los caballeros andantes, a los tiempos en los que se forjaron leyendas, y una de las más atesoradas en el Castellano antiguo es la de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, el cual conocemos hoy por un canto poético que se hizo en su honor, el Cantar de Mío Cid. Desafortunadamente, el nombre del autor de esta composición se ha perdido en la noche de los tiempos. Sin embargo, ello no nos impide apreciar la forma en la que se expresaban los poetas de aquellos días. A continuación se reproduce este cantar. La lectura del poema al principio parecerá extraña, pero ello se debe a que el poema fue escrito no en el Español moderno sino en el antiguo, y es necesario adaptarse al modo en el cual se expresaban en esa época (en Inglés ocurre lo mismo). Se hace la advertencia de antemano de que el Cantar I de la composición que aquí se reproduce es un poco extenso, en caso de que algunos lectores quieran postponer esta lectura para otra ocasión.


El Cantar de Mío Cid
Autor anónimo

CANTAR I


1.

De los sos ojos tan fuerte mientre lorando
tornava la cabeça y estava los catando.
Vio puertas abiertas e uços sin cañados,
alcandaras vazias sin pielles e sin mantos
e sin falcones e sin adtores mudados.

Sospiro mio Çid ca mucho avie grandes cuidados.
Ffablo mio Çid bien e tan mesurado:
"¡Grado a ti, señor, padre que estas en alto!
¡Esto me an buelto mios enemigos malos!"
Alli pienssan de aguijar, alli sueltan las riendas.


2

A la exida de Bivar ovieron la corneja diestra
y entrando a Burgos ovieron la siniestra.
Meçio mio Çid los ombros y engrameo la tiesta:
"¡Albriçia, Albar Ffañez, ca echados somos de tierra!"


3

Mio Çid Ruy Diaz por Burgos entrava,
en su compaña lx. pendones levava.
Exien lo ver mugieres e varones,
burgeses e burgesas por las finiestras son,
plorando de los ojos tanto avien el dolor.
De las sus bocas todos dizian una razon:
"¡Dios, que buen vassalo! ¡Si oviesse buen señor!"


4

Conbidar le ien de grado mas ninguno non osava;
el rey don Alfonsso tanto avie la grand saña,
antes de la noche en Burgos del entro su carta
con grand recabdo e fuerte mientre sellada,
que a mio Çid Ruy Diaz que nadi nol diesse¡n¿ posada,
e aquel que gela diesse sopiesse ?vera palabra?
que perderie los averes e mas los ojos de la cara
e aun demas los cuerpos e las almas.

Grande duelo avien las yentes christianas;
asconden se de mio Çid ca nol osan dezir nada.
El Campeador adeliño a su posada;
asi commo lego a la puerta falola bien çerrada
por miedo del rey Alfonsso que assi lo avien parado
que si non la quebrantas por fuerça que non gela abriese nadi.
Los de mio Çid a altas vozes laman,
los de dentro non les querien tornar palabra.

Aguijo mio Çid, a la puerta se legava,
saco el pie del estribera, una feridal dava;
non se abre la puerta ca bien era çerrada.
Una niña de nuef años a ojo se parava:

"¡Ya Campeador, en buen ora çinxiestes espada!
El rey lo ha vedado, anoch del entro su carta
con grant recabdo e fuerte mientre sellada.
Non vos osariemos abrir nin coger por nada;
si non, perderiemos los averes e las casas
e demas los ojos de las caras.
Çid, en el nuestro mal vos non ganades nada;
mas ¡el Criador vos vala con todas sus vertudes santas!"

Esto la niña dixo e tornos pora su casa.
Ya lo vee el Çid que del rey non avie graçia.
Partios de la puerta, por Burgos aguijava,
lego a Santa Maria, luego descavalga,
finco los inojos, de coraçon rogava.
La oraçion fecha luego cavalgava;
salio por la puerta e en Arlançon pasava.

Cabo essa villa en la glera posava,
fincava la tienda e luego descavalgava.
Mio Çid Ruy Diaz el que en buen ora çinxo espada
poso en la glera quando nol coge nadi en casa,
derredor del una buena conpaña.
Assi poso mio Çid commo si fuesse en montaña.

Vedada l'an compra dentro en Burgos la casa
de todas cosas quantas son de vianda;
non le osarien vender al menos dinarada.


5

Martin Antolinez el burgales complido
a mio Çid e a los suyos abastales de pan e de vino;
non lo conpra, ca el selo avie consigo;
de todo conducho bien los ovo bastidos.

Pagos mio Çid el Campeador conplido
e todos los otros que van a so çervicio.
Fablo Martin Antolinez, odredes la que a dicho:
"¡Ya Canpeador en buen ora fuestes naçido!

Esta noch y[a]gamose vayamos nos al matino,
ca acusado sere de lo que vos he servido;
en ira del rey Alfonsso yo sere metido.
Si con vusco escapo sano o bivo
aun çerca o tarde el rey querer me ha por amigo;
si non, quanto dexo ¡no lo preçio un figo!"


6

Fablo mio Çid el que en buen ora çinxo espada:
"¡Martin Antolinez sodes ardida lança!
Si yo bivo doblar vos he la soldada.
Espeso e el oro e toda la plata;
bien lo vedes que yo no trayo nada,
e huebos me serie pora toda mi compaña;
fer lo he amidos, de grado non avrie nada.

Con vuestro consego bastir quiero dos archas;
incamos las d'arena ca bien seran pesadas,
cubiertas de guadalmeçi e bien enclaveadas.
Los guadameçis vermejos e los clavos bien dorados.

Por Rachel e Vidas vayades me privado;
quando en Burgos me vedaron compra y el rey me a airado,
non puedo traer el aver ca mucho es pesado,
enpeñar gelo he por lo que fuere guisado.

De noche lo lieven que non lo vean christianos;
vealo el Criador con todos los sos santos,
yo mas non puedo e amidos lo fago."


8

Martin Antolinez non lo detardava,
por Rachel e Vidas a priessa demandava.
Passo por Burgos, al castiello entrava,
por Rachel e Vidas a priessa demandava.


9

Rachel e Vidas en uno estavan amos
en cuenta de sus averes, de los que avien ganados.
Lego Martin Antolinez a guisa de menbrado:
"¿O sodes, Rachel e Vidas, los mios amigos caros?
En poridad fablar querria con amos."

Non lo detardan, todos tres se apartaron:

"Rachel e Vidas: amos me dat las manos
que non me descubrades a moros nin a christianos;
por siempre vos fare ricos, que non seades menguados.
El Campeador por las parias fue entrado,
grandes averes priso e mucho sobejanos;
retovo dellos quanto que fue algo,
por en vino a aquesto por que fue acusado.
Tiene dos arcas lennas de oro esmerado.
Ya lo vedes que el rey le a airado.

Dexado ha heredades e casas e palaçios;
aquelas non las puede levar, si non, ser ien ventadas;
el Campeador dexar las ha en vuestra mano,
e prestalde de aver lo que sea guisado.
Prended las archas e meted las en vuestro salvo;
con grand jura meted i las fes amos
que non las catedes en todo aqueste año."

Rachel e Vidas seyen se consejando:
"Nos huebos avemos en todo de ganar algo.
Bien lo sabemos que el algo gaño,
quando a tierra de moros entro que grant aver saco;
non duerme sin sospecha qui aver trae monedado.
Estas archas prendamos las amas,
en logar las metamos que non sean ventadas.
Mas dezid nos del Çid: ¿de que sera pagado,
o que ganançia nos dara por todo aqueste año?"

Respuso Martin Antolinez a guisa de menbrado:
"Mio Çid querra lo que ssea aguisado,
pedir vos a poco por dexar so aver en salvo;
acogen sele omnes de todas partes menguados;
a menester seis çientos marcos."

Dixo Rachel e Vidas: "Dar gelos hemos de grado."
"Ya vedes que entra la noch, el Çid es presurado;
huebos avemos que nos dedes los marchos."
Dixo Rachel e Vidas: "Non se faze assi el mercado,
si non primero prendiendo e despues dando."

Dixo Martin Antolinez: "Yo desso me pago.
Amos tred al Campeador contado,
e nos vos ayudaremos que assi es aguisado
por aduzir las archas e meter las en vuestro salvo,
que non lo sepan moros nin christianos."

Dixo Rachel e Vidas: "Nos desto nos pagamos;
las archas aduchas, prendet seyes çientos marcos."
Martin Antolinez cavalgo privado
con Rachel e Vidas de voluntad e de grado.

Non viene a la pueent ca por el agua a passado
que gelo non venta¡n¿ssen de Burgos omne nado.
Afevos los a la tienda del Campeador contado:
assi commo entraron al Çid besaron le las manos,
sonrrisos mio Çid, estavalos fablando:

"¡Ya don Rachel e Vidas avedes me olbidado!
Ya me exco de tierra ca del rey so airado;
a lo quem semeja de lo mio avredes algo,
mientras que vivades non seredes menguados."

Don Rachel e Vidas a mio Çid besaron le las manos.
Martin Antolinez el pleito a parado
que sobre aquelas archas dar le ien vi çientos marcos
e bien gelas guardarien fasta cabo del año;
ca assil dieran la fe e gelo avien jurado
que si antes las catassen que fuessen perjurados,
non les diesse mio Çid de la ganançia un dinero malo.

Dixo Martin Antolinez: "Cargen las archas privado.
Levaldas, Rachel e Vidas, poned las en vuestro salvo;
yo ire con vusco que adugamos los marcos,
ca a mover a mio Çid ante que cante el gallo."

Al cargar de las archas veriedes gozo tanto:
non las podien poner en somo mager eran esforçados,
Gradan se Rachel e Vidas con averes monedados,
ca mientra que visquiessen refechos eran amos.


10

Rachel a mio Çid la manol ba besar:
"¡Ya Campeador en buen ora çinxiestes espada!
De Castiella vos ides pora las yentes estrañas;
assi es vuestra ventura, grandes son vuestras ganançias,
una piel vermeja morisca e ondrada
Çid, beso vuestra mano en don que la yo aya."

"Plazme", dixo el Çid, "D'aqui sea mandada;
si vos la aduxier d'alla; si non, contalda sobre las arcas."

En medio del palaçio tendieron un almofalla,
sobr'ella una savana de rançal e muy blanca;
a tod el primer colpe .iii. marcos de plata echavan,
notolos don Martino, sin peso los tomava;
los otros ccc. en oro gelos pagavan.

Cinco escuderos tiene don Martino, a todos los cargava.
Quando esto ovo fecho odredes lo que fablava:
"Ya don Rachel e Vidas en vuestras manos son las arcas;
yo, que esto vos gane, bien mereçia calças."


11

Entre Rachel e Vidas aparte ixieron amos:
"Demos le buen don ca el no" lo ha buscado.
Martin Antolinez un burgales contado
vos lo mereçedes, darvos queremos buen dado
de que fagades calças e rica piel e buen manto;
damos vos en don a vos xxx. marchos.

Mereçer no" lo hedes, ca esto es aguisado,
atorgar nos hedes esto que avemos parado."
Gradeçiolo don Martino e reçibio los marchos;
grado exir de la posada y espidios de amos.

Exido es de Burgos e Arlançon a passado,
vino pora la tienda del que en buen ora nasco;
reçibiolo el Çid abiertos amos los braços:
"¿Venides, Martin Antolinez, el mio fiel vassalo?
¡Aun vea el dia que de mi ayades algo!"

"Vengo, Campeador, con todo buen recabdo;
vos vi. çientos e yo xxx. he ganados.
Mandad coger la tienda e vayamos privado,
en San Pero de Cardeña i nos cante el gallo;
veremos vuestra mugier menbrada fija dalgo;
mesuraremos la posada e quitaremos el reinado,
mucho es huebos ca çerca viene el plazo."


12

Estas palabras dichas, la tienda es cogida,
Mio Çid e sus conpañas cavalgan tan aina.
La cara del cavallo torno a Santa Maria,
alço su mano diestra, la cara se santigua:

"¡A ti lo gradesco, Dios, que çielo e tierra guias!
¡Valan me tus vertudes gloriosa Santa Maria!
D'aqui quito Castiella pues que el rey he en ira;
non se si entrare i mas en todos los mios dias.

¡Vuestra vertud me vala Gloriosa, en mi exida,
e me ayude e¡l¿ me acorra de noch e de dia!
Si vos assi lo fizieredes e la ventura me fuere complida
mando al vuestro altar buenas donas e ricas;
esto e yo en debdo que faga i cantar mill missas."


13

Spidios el caboso de cuer e de veluntad.
Sueltan las riendas e pienssan de aguijar.
Dixo Martin Antolinez: "Vere a la mugier a todo mio solaz,
castigar los he comino abran a far.
Si el rey melo quisiere tomar ¡a mi non m'inchal!
Antes sere con vusco que el sol quiera rayar."


14

Tornavas Martin Antolinez a Burgos e mio Çid aguijo
pora San Pero de Cardeña quanto pudo a espolon
con estos cavalleros quel sirven a so sabor.
A priessa cantan los gallos e quieren quebrar albores
quando lego a San Pero el buen Campeador.

El abbat don Sancho christiano del Criador
rezava los matines abuelta de los albores;
i estava doña Ximena con çinco dueñas de pro
rogando a San Pero e al Criador:
"¡Tu que a todos guias vala mio Çid el Campeador!"


15

Lamavan a la puerta, i sopieron el mandado;
¡Dios, que alegre fue el abbat don Sancho!
Con lumbres e con candelas al corral dieron salto,
con tan grant gozo reçiben al que en buen ora nasco:
"¡Gradesco lo a Dios, mio Çid!" dixo el abbat don Sancho;
"Pues que aqui vos veo prendet de mi ospedado."

Dixo el Çid: "Graçias, don abbat, e so vuestro pagado.
Yo adobare conducho pora mi e pora mis vassallos;
mas por que me Yo de tierra dovos.l. marchos,
si yo algun dia visquier servos han doblados.
Non quiero fazer en el monesterio un dinero de daño;
evades aqui pora doña Ximena dovos c. marchos,
a ella e a sus fijas e a sus dueñas sirvades las est año.

Dues fijas dexo niñas e prendet las en los braços,
aquellas vos acomiendo a vos, abbat don Sancho;
dellas e de mi mugier fagades todo recabdo.
Si essa despenssa vos falleçiere o vos menguare algo,
bien las abastad, yo assi vos lo mando;
por un marcho que despendades al monesterio dare yo quatro".

Otorgado gelo avie el abbat de grado.
Afevos doña Ximena con sus fijas do va legando,
señas dueñas las traen e aduzen las adelant.
Ant'el Campeador doña Ximena finco los inojos amos,
lorava de los ojos, quisol besar las manos:
"¡Merçed, Campeador, en ora buena fuestes nado!
Por malos mestureros de tierra sodes echado.


16

¡Merçed, ya Çid, barba tan complida!
Fem ante vos yo e vuestras fijas
?iffantes son e de dias chicas?
con aquestas mis dueñas de quien so yo servida.

Yo lo veo que estades vos en ida
e nos de vos partir nos hemos en vida:
¡Dand nos consejo por amor de Santa Maria!"
Enclino las manos el de la barba velida,
a las sus fijas en braço" las prendia,
legolas al coraçon ca mucho las queria.

Lora de los ojos, tan fuerte mientre sospira:
"¡Ya doña Ximena la mi mugier tan complida,
commo a la mi alma yo tanto vos queria!
Ya lo vedes que partir nos emos en vida,
yo ire e vos fincaredes remanida.

¡Plega a Dios e a Santa Maria
que aun con mis manos case estas mis fijas,
o que de ventura e algunos dias vida
e vos, mugier ondrada, de mi seades servida!"


17

Grand yantar le fazen al buen Campeador.
Tañen las campanas en San Pero a clamor.

Por Castiella oyendo van los pregones
commo se va de tierra mio Çid el Campeador;
unos dexan casas e otros onores,
en aques dia a la puent de Arlançon
çiento quinze cavalleros todos juntados son;
todos demandan por mio Çid el Campeador.

Martin Antolinez con ellos cojo;
vansse pora San Pero do esta el que en buen punto naçio.


18

Quando lo sopo mio Çid el de Bivar
quel creçe compaña por que mas valdra,
a priessa cavalga, reçebir los sal¡i¿e,
tornos a sonrisar, legan le todos, la manol ban besar.

Fablo mio Çid de toda voluntad:
"Yo ruego a Dios e al Padre spirital,
vos, que por mi dexades casas y heredades,
enantes que yo muera algun bien vos pueda far,
lo que perdedes doblado vos lo cobrar."

Plogo a mio Çid por que creçio en la yantar,
plogo a los otros omnes todos quantos con el estan.
Los vi dias de plazo passados los an,
tres an por troçir sepades que non mas.

Mando el rey a mio Çid ¡a¿ aguardar,
que si despues del plazo en su tierral pudies tomar
por oro nin por plata non podrie escapar.
El dia es exido, la noch querie entrar,
a sus cavalleros mandolos todos juntar:

"¡Oid, varones, non vos caya en pesar!
Poco aver trayo, dar vos quiero vuestra part.
Sed membrados commo lo devedes far;
a la mañana quando los gallos cantaran
non vos tardedes, mandedes ensellar;
en San Pero a matines tandra el buen abbat,
la missa nos dira, esta sera de Santa Trinidad;
la missa dicha, penssemos de cavalgar,
ca el plazo viene açerca, mucho avemos de andar."

Cuemo lo mando mio Çid assi lo an todos ha far.
Passando va la noch, viniendo la man;
a los mediados gallos pienssan de ensellar.
Tañen a matines a una priessa tan grand;
mio Çid e su mugier a la eglesia van.

Echos doña Ximena en los grados delant"el altar
rogando al Criador quanto ella mejor sabe
que a mio Çid el Campeador que Dios le curias de mal:

"¡Ya Señor glorioso, Padre que en çielo estas!
Fezist çielo e tierra, el tercero el mar,
fezist estrelas e luna y el sol pora escalentar;
prisist encarnaçion en Santa Maria madre,
en Belleem apareçist commo fue tu veluntad;

pastores te glorifficaron, ovieron te a laudare,
tres reyes de Arabia te vinieron adorar
?Melchior e Gaspar e Baltasar?
oro e tus e mirra te offreçieron commo fue tu veluntad,?
salvest a Jonas quando cayo en la mar,
salvest a Daniel con los leones en la mala carçel,
salvest dentro en Roma al señor San Sabastian,
salvest a Santa Susanna del falso criminal;

por tierra andidiste .xxxii. años, Señor spirital,
mostrando los miraclos por en avemos que fablar:
del agua fezist vino e de la piedra pan,
resuçitest a Lazaro ca fue tu voluntad;

a los judios te dexeste prender; do dizen monte Calvarie
pusieron te en cruz por nombre en Golgota,
dos ladrones contigo, estos de señas partes,
el uno es en paraiso ca el otro non entro ala;
estando en la cruz vertud fezist muy grant:

Longinos era çiego que nunquas vio alguandre,
diot con la lança en el costado dont ixio la sangre,
corrio la sangre por el astil ayuso, las manos se ovo de untar,
alçolas arriba, legolas a la faz,
abrio sos ojos, cato a todas partes,
en ti crovo al orapor end es salvo de mal;

en el monumento resuçitest,
fust a los infiernos commo fue tu voluntad,
quebrantaste las puertas e saqueste los santos padres.
Tu eres rey de los reyes e de tod el mundo padre,
a ti adoro e creo de toda voluntad,
e ruego a San Peydro que me ayude a rogar
por mio Çid el Campeador que Dios le curie de mal,
¡quando oy nos partimos en vida nos faz juntar!"

La oraçion fecha, la missa acabada la an,
salieron de la eglesia, ya quieren cavalgar.
El Çid a doña Ximena iva la abraçar,
doña Ximena al Çid la manol va besar,
lorando de los oios que non sabe que se far.

Y el a las niñas torno las a catar:
"A Dios vos acomiendo, fijas, e a la mugier e al Padre spirital;
agora nos partimos, Dios sabe el ajuntar."
Lorando de los ojos que non viestes atal,
asis parten unos d'otros commo la uña de la carne.
Mio Çid con los sos vassallos pensso de cavalgar;
a todos esperando la cabeça tomando va.

A tan grand sabor fablo Minaya Albar Fañez:
"Çid ¿do son vuestros esfuerços? ¡En buen ora nasquiestes de madre!
Pensemos de ir nuestra via, esto sea de vagar.
Aun todos estos duelos en gozo se tornaran;
Dios que nos dio las almas consejo nos dara."

Al abbat don Sancho tornan de castigar
commo sirva a doña Ximena e a las fijas que ha,
e a todas sus dueñas que con ellas estan;
bien sepa el abbat que buen galardon dello prendra.

Tornado es don Sancho e fablo Albar Fañez:
"Si vieredes yentes venir por connusco ir, abbat,
dezildes que prendan el rastro e pienssen de andar,
ca en yermo o en poblado poder nos han alcançar."

Soltaron las riendas, pienssan de andar;
çerca viene el plazo por el reino quitar.
Vino mio Çid yazer a Spinaz de Can;
grandes yentes sele acogen essa noch de todas partes.
Otro dia mañana pienssa de cavalgar.

Ixiendos va de tierra el Campeador leal;
de siniestro Sant Estevan ?una buena çipdad?
de diestro Alilon las torres que moros las han,
passo por Alcobiella que de Castiella fin es ya,
la Calçada de Quinea iva la traspassar,
sobre Navas de Palos el Duero va pasar,
a la Figeruela mio Çid iva posar.
Vanssele acogiendo yentes de todas partes.


19

I se echaya mio Çid despues que fue çenado.
Un sueñol priso dulçe, tan bien se adurmio.
El angel Gabriel a el vino en vision:
"Cavalgad, Çid, el buen Campeador,
ca nunqua en tan buen punto cavalgo varon;
mientra que visquieredes bien se fara lo to."

Quando desperto el Çid la cara se santigo;
sinava la cara, a Dios se acomendo.


20

Mucho era pagado del sueño que a soñado.
Otro dia mañana pienssan de cavalgar;
es dia a de plazo, sepades que non mas.
A la sierra de Miedes ellos ¡van posar.


21

Aun era de dia, non era puesto el sol,
mando ver sus yentes mio Çid el Campeador;
sin las peonadas e omnes valientes que son
noto trezientas lanças que todos tienen pendones.


22

"¡Temprano dat çebada, si el Criador vos salve!
El que quisiere comer; e qui no, cavalge.
Passaremos la sierra que fiera es e grand;
la tierra del rey Alfonso esta noch la podemos quitar.
Despues qui nos buscare fallar nos podra."

De noch passan la sierra, venida es la man,
e por la loma ayuso pienssan de andar;
en medio d'una montaña maravillosa e grand
fizo mio Çid posar e çevada dar.

Dixoles a todos commo querie trasnochar;
vassallos tan buenos por coraçon lo an,
mandado de so señor todo lo han a far.

Ante que anochesca pienssan de cavalgar,
por tal lo faze mio Çid que no lo ventasse nadi.
Andidieron de noch que vagar non se dan.

O dizen Castejon el que es sobre Fenares
mio Çid se echo en çelada con aquelos que el trae.


23

Toda la noche yaze en çelada el que en buen ora nasco
commo los consejava Minaya Albar Fañez.
"¡Ya Çid en buen ora çinxiestes espada!
Vos con c. de aquesta nuestra conpaña
pues que a Castejon sacaremos a çelada..."

"Vos con los cc. id vos en algara;
ala vaya Albar Albarez e Albar Salvadorez sin falla,
e Galin Garçia ?una fardida lança?
cavalleros buenos que aconpañen a Minaya.
Aosadas corred que por miedo non dexedes nada.

Fita ayuso e por Guadalfajara
fata Alcala legen las algaras,
e bien acojan todas las ganançias,
que por miedo de los moros non dexen nada.

E yo con los c aqui fincare en la çaga;
terne yo Castejon don abremos grand enpara.
Si cueta vos fuere alguna al algara
fazed me mandado muy privado a la çaga;
¡d'aqueste acorro fablara toda España!"

Nonbrados son los que iran en el algara,
e los que con mio Çid ficaran en la çaga
Ya quiebran los albores e vinie la mañana,
ixie el sol, ¡Dios, que fermoso apuntava!

En Castejon todos se levantavan,
abren las puertas, de fuera salto davan
por ver sus lavores e todas sus heredades.
Todos son exidos, las puertas abiertas han dexadas
con pocas de gentes que en Castejon fincaran;
las yentes de fuera todas son deramadas.

El Campeador salio de la çelada,
corrie a Castejon sin falla.
Moros e moras avien los de ganançia,
e essos gañados quantos en derredor andan.

Mio Çid don Rodrigo a la puerta adeliñava;
los que la tienen quando vieron la rebata
ovieron miedo e fue desemparada.
Mio Çid Ruy Diaz por las puertas entrava,
en manlo trae desnuda el espada,
quinze moros matava de los que alcançava.

Gaño a Castejon y el oro e la plata.
Sos cavalleros legan con la ganançia,
dexan la a mio Çid, todo esto non preçia nada.
Afevos los cciii. en el algara,
e sin dubda corren; fasta Alcala lego la seña de Minaya,
e desi arriba toman se con la ganançia
Fenares arriba e por Guadalfajara.

Tanto traen las grandes ganançias
muchos gañados de ovejas e de vacas
e de ropas e de otras riquizas largas.
Derecha viene la seña de Minaya;
non osa ninguno dar salto a la çaga.

Con aqueste aver tornan se essa conpaña,
fellos en Castejon o el Campeador estava.
"El castielo dexo en so poder; el Campeador cavalga,
saliolos reçebir con esta su mesnada.
Los braços abiertos reçibe a Minaya:

"¿Venides, Albar Fañez, una fardida lança?
¡Do yo vos enbias bien abria tal esperança!
Esso con esto sea ajuntado;
dovos la quinta si la quisieredes, Minaya."


24

"Mucho vos lo gradesco, Campeador contado;
d'aquesta quinta que me avedes mandado
pagar se ia della Alfonsso el Castellano.
Yo vos la suelto e avello quitado.

A Dios lo prometo, a aquel que está en alto:
fata que yo me page sobre mio buen cavallo
lidiando con moros en el campo,
que enpleye la lança e al espada meta mano
e por el cobdo ayuso la sangre destelando
ante Ruy Diaz el lidiador contado,
non prendre de vos quanto vale un dinero malo.

Pues que por mi ganare desques quier que sea d'algo
todo lo otro afelo en vuestra mano."


25

Estas ganançias alli eran juntadas.
Comidios mio Çid el que en buen ora fue nado
al rey Alfonsso que legarien sus compañas,
quel buscarie mal con todas sus mesnadas.

Mando partir tod aqueste aver sin falta
sos quiñoneros que gelos diessen por carta.
Sos cavalleros i an arribança,
a cada uno dellos caen c. marchos de plata
e a los peones la meatad sin falla;
toda la quintaa mio Çid fincava.

Aqui non lo pueden vender in dar en presentaja,
nin cativos nin cativas non quiso traer en su compaña;
fablo con los de Castejon y envio a Fita e a Guadalfagara,
esta quinta por quanto serie conprada;
aun de lo que diessen oviessen grand ganançia.

Asmaron los moros iii. mill marcos de plata;
plogo a mio Çid d'aquesta presentaja.
A terçer dia dados fueron sin falla.
Asmo mio Çid con toda su conpaña
que en el castiello non i ayrie morada,
e que serie retenedor mas non i avrie agua.

"Moros en paz, ca escripta es la carta,
buscar nos ie el rey Alfonsso con toda su mesnada.
Quitar quiero Castejon: ¡oid, escuellas e Minyaya!


26

Lo que yo dixier non lo tengades a mal.
En Castejon non podriemos fincar;
çerca es el rey Alfonsso e buscar nos verna.
Mas el castielo non lo quiero hermar;
çiento moros e çiento moras quiero las quitar,
por que lo pris dellos que de mi non digan mal.

Todos sodes pagados e ninguno por pagar.
Cras a la mañana pensemos de cavalgar,
con Alfonsso mio señor non querria lidiar."

Lo que dixo el Çid a todos los otros plaz.
Del castiello que prisieron todos ricos se parten;
los moros e las moras bendiziendol estan.
Vansse Fenares arriba quanto pueden andar,
troçen las Alcarias e ivan adelant,
por las Cuevas d'Anquita ellos passando van,
passaron las aguas, entraron al campo de Torançio,
por essas tierras ayuso quanto pueden andar,
entre Fariza e Çetina mio Çid iva albergar.

Grandes son las ganançias que priso por la tierra do va.
Non lo saben los moros el ardiment que an.
Otro dia movios mio Çid el de Bivar
e passo a Alfama, la Foz ayuso va,
passo a Bovierca e a Teca que es adelant
e sobre Alcoçer mio Çid iva posar
en un otero redondo fuerte e grand;
açerca corre Salon, agua nol puedent vedar.
Mio Çid don Rodrigo Alcoçer cueda ganar.


27

Bien puebla el otero, firme prende las posadas,
los unos contra la sierra e los otros contra la agua.
El buen Canpeador que en buen ora nasco
derredor del otero, bien çerca del agua,
a todos sos varones mando fazer una carcava
que de dia nin de noch non les diessen arebata,
que sopiessen que mio Çid alli avie fincança.


28

Por todas esas tierras ivan los mandados
que el Campeador mio Çid alli avie poblado,
venido es a moros, exido es de christianos.
En la su vezindad non se treven ganar tanto.
Agardando se va mio Çid con todos sus vasallos;
el castiello de Alcoçer en paria va entrando.


29

Los de Alcoçer a mio Çid yal dan parias de grado
e los de Teca e los de Terrer la casa;
a los de Calatauth sabet, mal les pesava.
Ali yogo mio Çid complidas xv. semanas.

Quando vio mio Çid que Alcoçer non sele dava
el fizo un art e non lo detardava:
dexa una tienda fita e las otras levava,
cojos Salon ayuso la su seña alçada,
las lorigas vestidas e cintas las espadas
a guisa de menbrado por sacar los a çelada.

Veyen lo los de Alcoçer, ¡Dios, commo se alabavan!
"Falido a a mio Çid el pan e la çevada.
Las otras abes lieva, una tienda a dexada;
de guisa va mio Çid commo si escapasse de arrancada.

Demos salto a el e feremos grant ganançia
antes quel prendan los de Terrer la casa;
si non, non nos daran dent nada.
La paria qu'el a presa tornar nos la ha doblada."

Salieron de Alcoçer a una priessa much estraña;
mio Çid quando los vio fuera cogios commo de arrancada,
cojos Salon ayuso, con los sos abuelta anda.
Dizen los de Alcoçer: "¡Ya se nos va la ganançia!"

Los grandes e los chicos fuera salto da[va]n,
al sabor del prender de lo al non pienssan nada;
abiertas dexan las puertas que ninguno non las guarda.
El buen Campeador la su cara tornava,
vio que entr'ellos y el castiello mucho avie grand plaça;
mando tornar la seña, a priessa espoloneavan:

"¡Firid los, cavalleros, todos sines dubdança,
con la merçed del Criador nuestra es la ganançia!"
Bueltos son con ellos por medio de la laña,
¡Dios, que bueno es el gozo por aquesta mañana!

Mio Çid e Albar Fañez adelant aguijavan,
tienen buenos cavallos sabet, a su guisa les andan,
entr'ellos y el castiello en essora entravan.
Los vassallos de mio Çid sin piedad les davan,
en un ora e un poco de logar ccc. moros matan.

Dando grandes alaridos los que estan en la çelada
dexando van los delant, por el castiello se tornavan,
las espadas desnudas a la puerta se paravan;
Luego legavan los sos ca fecha es el arrancada.
Mio Çid gaño a Alcoçer, sabent, por esta maña.


30

Vino Pero Vermuez que la seña tiene en mano,
metiola en somo en todo lo mas alto.
Fablo mio Çid Ruy Diaz el que en buen ora fue nado:
"¡Grado a Dios del çielo e a todos los sos santos:
ya mejoraremos posadas a dueños e a cavallos!


31

¡Oid a mi, Albar Fañez e todos los cavalleros!
En este castiello grand aver avemos preso;
los moros yazen muertos, de bivos pocos veo.
Los moros e las moras vender non los podremos,
que los descabeçemos nada non ganaremos;
cojamos los de dentro, ca el señorio tenemos,
posaremos en sus casas e dellos nos serviremos."


32

Mio Çid con esta ganançia en Alcoçer esta;
fizo enbiar por la tienda que dexara alla.
Mucho pesa a los de Teca e a los de Terrer non plaze,
e a los de Calatayuth sabet, pesando va.

Al rey de Valençia. enbiaron con mensaje:
que a uno que dizien mio Çid Ruy Diaz de Bivar
airolo el rey Alfonsso, de tierra echado lo ha,
vino posar sobre Alcoçer en un tan fuerte logar,
sacolos a çelada, el castiello ganado a.

"Si non das consejo a Teca e a Terrer perderas,
perderas Calatayuth que non puede escapar,
ribera de Salon todo ira a mal,
assi ffera lo de Siloca que es del otra part."

Quando lo oyo el rey Tamin por cuer le peso mal:
"Tres reyes veo de moros derredor de mi estar;
non lo detardedes, los dos id pora alla,
tres mill moros levedes con armas de lidiar,
con los de la frontera que vos ayudaran
prendet melo a vida, aduzid melo deland;
por que entro en mi tierra derecho me avra a dar."

Tres mill moros cavalgan e pienssan de andar;
ellos vinieron a la noch en Sogorve posar.
Otro dia mañana pienssan de cavalgar,
vinieron a la noch a Çelfa posar;
por los de la frontera pienssan de enviar,
non lo detienen, vienen de todas partes.
Ixieron de Çelfa la que dizen de Canal,
andidieron todo'l dia que vagar non se dan,
vinieron essa noch en Calatayuth posar.

Por todas essas tierras los pregones dan,
gentes se ajuntaron sobejanas de grandes
con aquestos dos reyes que dizen Ffariz e Galve;
al bueno de mio Çid en Alcoçer le van çercar.


33

Fincaron las tiendas e prenden¡d¿ las posadas,
creçen estos virtos ca yentes son sobejanas.
Las arobdas que los moros sacan
de dia e de noch enbueltos andan en armas;
muchas son las arobdas e grande es el almofalla.

A los de mio Çid ya les tuellen el agua;
mesnadas de mio Çid exir quieren a la batalla,
el que en buen ora nasco firme gelo vedava.
Tovieron gela en çerca complidas tres semanas.


34

A cabo de tres semanas, la quarta querie entrar,
mio Çid con los sos tornos a acordar:
"El agua nos an vedada, exir nos ha el pan;
que nos queramos ir de noche no nos lo consintran.
Grandes son los poderes por con ellos lidiar;
dezid me, cavalleros, commo vos plaze: de far."

Primero fablo Minaya un cavallero de prestar:
"De Castiella la gentil exidos somos aca;
si con moros non lidiaremos no nos daran del pan.
Bien somos nos vi çientos, algunos ay de mas;
¡en el nombre del Criador que non pase por al,
vayamos los ferir en aquel dia de cras!"

Dixo el Campeador: "A mi guisa fablastes.
Ondrastes vos, Minaya, ca aver vos lo iedes de far."
Todos los moros e las moras de fuera los manda echar
que non sopiesse ninguno esta su poridad.
El dia e la noche pienssan se de adobar.

Otro dia mañana el sol querie apuntar,
armado es mio Çid con quantos que el ha.
Fablava mio Çid commo odredes contar:

"Todos iscamos fuera, que nadi non raste
si non dos peones solos por la puerta guardar;
si nos murieremos en campo en castiello nos entraran,
si vençieremos la batalla creçremos en rictad.

E vos, Pero Vermuez, la mi seña tomad;
commo sodes muy bueno tener la edes sin arth;
mas non aguijedes con ella si yo non vos lo mandar."

Al Çid beso la mano, la seña va tomar.
Abrieron las puertas, fuera un salto dan;
vieron lo las arobdas de los moros, al almofalla se van tornar.
¡Que priessa va en los moros! e tornaron se a armar;
ante roido de atamores la tierra querie quebrar;
veriedes armar se moros, a priessa entrar en az.

De parte de los moros dos señas ha cabdales,
e fizieron dos azes de peones mezclados, ¿qui los podrie contar?
Las azes de los moros yas mueven adelant
por a mio Çid e a los sos a manos los tomar.

"Quedas sed, me[s]nadas, aqui en este logar;
non deranche ninguno fata que yo lo mande."
Aquel Pero Vermuez non lo pudo endurar,
la seña tiene en mano, conpeço de espolonear:

"¡El Criador vos vala, Çid Campeador leal!
Vo meter la vuestra seña en aquela mayor az;
¡los que el debdo avedes veremos commo la acorrades!"
Dixo el Campeador: "¡Non sea, por caridad!"
Respuso Pero Vermuez: ¡Non rastara por al!"

Espolono el cavallo e metiol en el mayor az;
moros le reçiben por la seña ganar.
dan le grandes colpes mas nol pueden falssar.
Dixo el Campeador: "¡Valelde, por caridad!"


35

Enbraçan los escudos delant los coraçones,
abaxan las lanças abueltas de los pendones,
enclinaron las caras de suso de los arzones,
ivan los ferir de fuertes coraçones.

A grandes vozes lama el que en buen ora naçio:
"¡Ferid los, cavalleros, por amor de caridad!
¡Yo so Ruy Diaz el Çid Campeador de Bivar!"

Todos fieren en el az do esta Pero Vermuez;
trezientas lanças son, todos tienen pendones;
seños moros mataron, todos de seños colpes;
a la tornada que fazen otros tantos son.


36

Veriedes tantas lanças premer e alçar,
tanta adagara foradar e passar,
tanta loriga falsar e desmanchar,
tantos pendones blancos salir vermejos en sangre,
tantos buenos cavallos sin sos dueños andar.

Los moros laman "¡Mahomat!" e los christianos "¡Santi Yague!"
Cayen en un poco de logar moros muertos mill e ccc. ya.


37

¡Qual lidia bien sobre exorado arzon
mio Çid Ruy Diaz el buen lidiador!

Minaya Albar Fañez que Çorita mando,
Martin Antolinez el burgales de pro,
Muño Gustioz que so criado fue,
Martin Muñoz el que mando a Mont Mayor,
Albar Albarez e Albar Salvadorez,
Galin Garçia el bueno de Aragon,
Felez Muñoz so sobrino del Campeador:
desi adelante quantos que i son
acorren la seña e a mio Çid el Campeador.


38

A Minaya Albar Fañez mataron le el cavallo,
bien lo acorren mesnadas de christianos;
la lança a quebrada, al espada metio mano,
mager de pie buenos colpes va dando.

Violo mio Çid Ruy Diaz el Castelano:
acostos a un aguazil que tenie buen cavallo,
diol tal espadada con el so diestro braço
cortol por la çintura el medio echo en campo.

A Minaya Albar Fañez ival dar el cavallo:
"¡Cavalgad, Minaya, vos sodes el mio diestro braço!
Oy en este dia de vos abre grand bando;
firmes son los moros, aun nos van del campo."

Cavalgo Minaya el espada en la mano,
por estas fuerças fuerte mientre lidiando;
a los que alcança valos delibrando.

Mio Çid Ruy Diaz el que en buen ora nasco
al rey Fariz .iii.colpes le avie dado,
los dos le fallen y el unol ha tomado,
por la loriga ayuso la sangre destellando;
bolvio la rienda por ir se le del campo.
Por aquel colpe rancado es el fonssado.


39

Martin Antolinez un colpe dio a Galve,
las carbonclas del yelmo echo gelas aparte,
cortol el yelmo que lego a la carne;
sabet, el otro non gel oso esperar.

Arancado es el rey Fariz e Galve:
¡Tan buen dia por la christiandad
ca fuyen los moros de la e de la part!
Los de mio Çid firiendo en alcaz,
el rey Fariz en Terrer se fue entrar,
e a Galve nol cogieron alla;
para Calatayuth quanto puede se va.

El Campeador ival en alcaz,
fata Calatayuth duro el segudar.


40

A Minaya Albar Fañez bien l'anda el cavallo,
d'aquestos moros mato .xxxiiii.;
espada tajador, sangriento trae el braço,
por el cobdo ayuso la sangre destellando.

Dize Minaya: "Agora so pagado,
que a Castiella iran buenos mandados
que mio Çid Ruy Diaz lid campal a arrancada."
Tantos moros yazen muertos que pocos vivos a dexados,
ca en alcaz sin dubda les fueron dando.

Yas tornan los del que en buen ora nasco.
Andava mio Çid sobre so buen cavallo,
la cofia fronzida: ¡Dios, commo es bien barbado!
Almofar a cuestas, la espada en la mano.

Vio los sos commos van alegando:
"¡Grado a Dios aquel que esta en alto,
quando tal batalla avemos arancado!"

Esta albergada los de mio Cid luego la an robada
de escudos e de armas e de otros averes largos;
de los moriscos quando son legados
ffallaron dx. cavallos.

Grand alegreya va entre essos christianos;
mas de quinze de los sos menos non fallaron.
Traen oro e plata que non saben recabdo,
refechos son todos esos christianos con aquesta ganançia.
A sos castiellos a los moros dentro los an tornados;
mando mio Çid aun que les diessen algo.

Grant a el gozo mio Çid con todos sos vassalos.
Dio a partir estos dineros y estos averes largos,
en la su quinta al Çid caen .c. cavallos;
¡Dios, que bien pago a todos sus vassallos
a los peones e a los encavalgados!
Bien lo aguisa el que en buen ora nasco;
quantos el trae todos son pagados.

"¡Oid, Minaya, sodes mio diestro braço!
D'aquesta riqueza que el Criador nos a dado
a vuestra guisa prended con vuestra mano.

Enbiar vos quiero a Castiella con mandado
desta batalla que avemos arancada.
Al rey Alfonsso que me a airado
quierol enbiar en don .xxx. cavallos
todos con siellas e muy bien enfrenados,
señas espadas de los arzones colgadas."
Dixo Minaya Albar Fañez: "Esto fare yo de grado."


41

"Evades aqui oro e plata,
una uesa leña, que nada nol minguava:
en Santa Maria de Burgos quitedes mill missas,
lo que romaneçiere daldo a mi mugier e a mis fijas,
que rueguen por mi las noches e los dias;
si les yo visquier seran dueñas ricas."


42

Minaya Albar Fañez desto, es pagado;
por ir con el omnes son contados.
Agora davan çevada, ya la noch era entrada,
mio Çid Ruy Diaz con los sos se acordava:


43

"¿Hides vos, Minaya,a Castiella la gentil?
A nuestros amigos bien les podedes dezir:
Dios nos valio e vençiemos la lidit.
"A la tornada si nos fallaredes aqui;
si non, do sopieredes que somos indos conseguir.

Por lanças e por espadas avemos de guarir;
si non, en esta tierra angosta non podriemos bivir."


44

Ya es aguisado, mañanas fue Minaya,
y el Campeador con su mesnada.
La tierra es angosta e sobejana de mala.
Todos los dias a mio Çid aguardavan
moros de las fronteras e unas yentes estrañas;
sano el rey Fariz, con el se consejavan.

Entre los de Techa e los de Terrer la casa
e los de Calatayut que es mas ondrada
Asi lo an asmado e metudo en carta:
vendido les a Alcoçer por tres mill marchos de plata.


45

Mio Cid Ruy Diáz a Alcoçer ha vendido;
¡que bien pago a sus vassalos mismos!
A cavalleros e a peones fechos los ha ricos,
en todos los sos non fallariedes un mesquino.
Qui a buen señor sirve siempre bive en deliçio.


46

Quando mio Çid el castiello quiso quitar
moros e moras tomaron se a quexar:
"¿Vaste, mio Çid? ¡Nuestras oraçiones vayante delante!
Nos pagados fincamos señor, de la tu part."
Quando quito a Alcoçer mio Çid el de Bivar
moros e moras compeçaron de lorar.

Alço su seña, el Campeador se va;
paso Salon ayuso, aguijo cabadelant,
al exir de Salon mucho ovo buenas aves.
Plogo a los de Terer e a los de Calatayut mas;
peso a los de Alcoçer ca pro les fazie grant.

Aguijo mio Çid, ivas cabadelant
y ffinco en un poyo que es sobre Mont Real;
alto es el poyo, maravilloso e grant,
non teme guerra sabet, a nulla part.

Metio en paria a Daroca enantes,
desi a Molina que es del otra part,
la terçera Teruel que estava delant;
en su mano tenie a Çelfa la de Canal.


47

¡Mio Çid Ruy Diaz de Dios aya su graçia!
Ido es a Castiella Albar Fañez Minaya;
treinta cavallos al rey los enpresentava.

Violos el rey, fermoso sonrrisava:
"¿Quin los dio estos? ¡Si vos vala Dios, Minaya!"
"Mio Çid Ruy Diaz que en buen ora çinxo espada
vençio dos reyes de moros en aquesta batalla;
sobejana es, señor la su ganançia.

A vos, rey ondrado, enbia esta presentaja;
besa vos los pies e las manos amas
quel ay[a]des merçed, ¡si el Criador vos vala!"

Dixo el rey: "Mucho es mañana
omne airado que de señor non ha graçia
por acogello a cabo de tres semanas.
Mas despues que de moros fue prendo esta presentaja;
aun me plaze de mio Çid que fizo tal ganançia.

Sobr'esto todo a vos quito, Minaya,
honores e tierras avellas condonadas;
hid e venit, d'aqui vos do mi graçia;
mas del Çid Campeador yo non vos digo nada.


48

Sobre aquesto todo dezir vos quiero. Minava:
de todo mio reino los que lo quisieren far
buenos e valientes por a mio Çid huyar
suelto les los cuerpos e quito les las heredades."
Beso le las manos Minaya Albar Fañez:
"¡Grado e graçias, rey, comnio a señor natural!
Esto feches agora, al feredes adelant."


49

"Hid por Castiella e dexen vos andar, Minaya;
sin nulla dubda id a mio Çid buscar ganançia."
Quiero vos dezir del que en buen ora ¡nasco e¿ çinxo espada:
aquel poyo en el priso posada;
mientra que sea el pueblo de moros e de la yente christiana
el Poyo de mio Çid asil diran por carta.

Estando alli mucha tierra preava,
el val de rio Martin todo lo metio en paria.
A Saragoça sus nuevas legavan,
non plaze a los moros, firme mientre les pesava.

Ali sovo mio Çid conplidas .xv. semanas.
Quando vio el caboso que se tardava Minaya
con todas sus yentes fizo una trasnochada;
dexo el Poyo, todo lo desemparava,
alen de Teruel don Rodrigo passava,
en el pinar de Tevar don Roy Diaz posava.

Todas essas tierras todas las preava,
a Saragoça metuda l'a en paria.
Quando esto fecho ovo a cabo de tres semanas
de Castiella venido es Minaya,
dozientos con el que todos çiñen espadas;
non son en cuenta sabet, las peonadas.

Quando vio mio Çid asomar a Minaya
el cavallo corriendo valo abraçar sin falla;
beso le la boca e los ojos de la cara,
todo gelo dize que nol encubre nada.

El Campeador fermoso sonrrisava:
"¡Grado a Dios e a las sus vertudes santas!
¡Mientra vos visquieredes bien me ira a mi, Minaya!"


50

¡Dios, commo fue alegre todo aquel fonssado
que Minaya Albar Fañez assi era legado,
diziendo les saludes de primos e de hermanos
e de sus compañas aquelas que avien dexadas!


51

¡Dios, commo es alegre la barba velida
que Albar Fañez pago las mill missas
e quel dixo saludes de su mugier e de sus fijas!
¡Dios, commo fue el Çid pagado e fizo grant alegria!
"¡Ya Albar Fañez bivades muchos dias!"


52

Non lo tardo el que en buen ora nasco:
tierras d'Alcañiz negras las va parando
e a derredor todo lo va preando.
Al terçer dia don ixo i es tornado.


53

Hya va el mandado por las tierras todas.
Pesando va a los de Monçon e a los de Huesca;
por que dan parias plaze a los de Saragoça,
de mio Çid Ruy Diaz que non temien ninguna fonta.


54

Con estas ganançias a la posada tornando se van;
todos son alegres, ganançias traen grandes.
Plogo a mio Çid e mucho a Albar Fañez.
Sonrrisos el caboso que non lo pudo endurar:
"¡Ya cavalleros! dezir vos he la verdad:
qui en un logar mora siempre lo so puede menguar;
cras a la mañana penssemos de cavalgar,
dexat estas posadas e iremos adelant."

Estonçes se mudo el Çid al, puerto de Alucat,
dent corre mio Çid a Huesca e a Mont Alvan;
en aquessa corrida .x. dias ovieron a morar.
Fueron los mandados a todas partes
que el salido de Castiella asi los trae tan mal.
Los mandados son idos a todas partes.


55

Llegaron las nuevas al conde de Barçilona
que mio Çid Ruy Diaz quel corrie la tierra toda;
ovo grand pesar e tovos lo a grand fonta.


56

El conde es muy folon e dixo una vanidat:
"¡Grandes tuertos me tiene mio Çid el de Bivar!
Dentro en mi cort tuerto me tovo grand:
firiom el sobrino e non lo enmendo mas.
Agora correm las tierras que en mi enpara estan;
non lo desafie nil torne enemistad,
mas quando el melo busca ir gelo he yo demandar."

Grandes son los poderes e a priessa se van legando;
gentes se le alegan grandes entre moros e christianos.
Adeliñan tras mio Çid el bueno de Bivar,
tres dias e dos noches penssaron de andar,
alcançaron a mio Çid en Tevar y el pinar;
asi viene esforçado que el conde a manos sele cuido tomar.

Mio Çid don Rodrigo trae ganançia grand;
diçe de una sierra e legava a un val.
Del conde don Remont venido l'es mensaje;
mio Çid quando lo oyo enbio pora alla:
"Digades al conde non lo tenga a mal;
de lo so non fievo nada, dexem. ir en paz."

Respuso el conde: "¡Esto non sera verdad!
Lo de antes e de agora todom lo pechara;
¡sabra el salido a quien vino desondrar!"
Tornos el mandadero quanto pudo mas;
essora lo connosçe mio Çid el de Bivar
que a menos de batalla nos pueden den quitar.


57

"¡Ya cavalleros apart fazed la ganançia!
A priessa vos guarnid e metedos en las armas;
el conde don Remont dar nos ha grant batalla,
de moros e de christianos gentes trae sobejanas,
a menos de batalla non nos dexarie por nada.

Pues adellant iran tras nos, aqui sea la batalla;
apretad los cavallos e bistades las armas.
Ellos vienen cuesta yuso e todos trahen calças,
e las siellas coçeras e las çinchas amojadas;
nos cavalgaremos siellas gallegas e huesas sobre calças.

¡Çiento cavalleros devemos vençer aquelas mesnadas!
Antes que ellos legen al laño presentemos les las lanças;
por uno que firgades tres siellas iran vazias.
¡Vera Remont Verengel tras quien vino en alcança
oy en este pinar de Tevar por toler me la ganançia!"


58

Todos son adobados quando mio Çid esto ovo fablado;
las armas avien presas e sedien sobre los cavallos.
Vieron la cuesta yuso la fuerça de los francos;
al fondon de la cuesta, çerca es del laño,
mando los ferir mio Çid el que en buen ora nasco;
esto fazen los sos de voluntad e de grado,
los pendones e las lanças tan bien las van enpleando
a los unos firiendo e a los otros derocando.
Vençido a esta batalla el que en buen ora nasco;
al conde don Remont a preson le an tomado.


59

Hi gaño a Colada que mas vale de mill marcos de plata,
i bençio esta batalla por o ondro su barba;
priso lo al conde, pora su tienda lo levava,
a sos creenderos guardar lo mandava.

De fuera de la tienda un salto dava,
de todas partes los sos se ajunta[va]n;
plogo a mio Çid ca grandes son las ganançias.

A mio Çid don Rodrigo grant cozinal adobavan;
el conde don Remont non gelo preçia nada,
aduzen le los comeres, delant gelos paravan,
el non lo quiere comer, a todos los sosañava:

"¡Non combre un bocado por quanto ha en toda España,
antes perdere el cuerpo e dexare el alma
pues que tales malcalçados me vençieron de batalla!"


60

Mio Çid Ruy Diaz odredes lo que dixo:
"Comed, conde, deste pan e beved deste vino;
si lo que digo fizieredes saldredes de cativo,
si non, en todos vuestros dias non veredes christianismo."


61

Dixo el conde don Remont: "Comede, don Rodrigo, e penssedes de folgar,
que yo dexar m'e morir, que non quiero comer."
Fasta terçer dia nol pueden acordar;
ellos partiendo estas ganançias grandes
nol pueden fazer comer un muesso de pan.


62

Dixo mio Çid: "Comed, conde, algo,
ca si non comedes non veredes christianos;
e si vos comieredes don yo sea pagado
a vos e dos fijos dalgo
quitar vos he los cuerpos e darvos e de mano.

Quando esto oyo el conde yas iva alegrando:
"Si lo fizieredes, Çid, lo que avedes fablado,
tanto quanto yo biva sere dent maravillado."

"Pues comed, conde, e quando fueredes yantado
a vos e a otros dos dar vos he de mano;
mas quanto avedes perdido e yo gane en canpo
sabet, non vos dare a vos un dinero malo,
mas quanto avedes perdido non vos lo dare
ca huebos melo he e pora estos mios vassallos
que conmigo andan lazrados, ¡e non vos lo dare!
Prendiendo de vos e de otros ir nos hemos pagando;
abremos esta vida mientra plogiere al Padre santo,
commo que ira a de rey e de tierra es echado."

Alegre es el conde e pidio agua a las manos,
e tienen gelo delant e dieron gelo privado.
Con los cavalleros que el Çid le avie dados
comiendo va el conde ¡Dios, que de buen grado!

Sobr'el sedie el que en buen ora nasco:
"Si bien non comedes, conde, don yo sea pagado
aqui feremos la morada, no nos partiremos amos."

Aqui dixo el conde: "¡De voluntad e de grado!"
Con estos dos cavalieros a priessa va yantando;
pagado es mio Çid que lo esta aguardando
por que el conde don Remont tan bien bolvie las manos.

"Si vos ploguiere, mio Çid, de ir somos guisados;
mandad nos dar las bestias e cavalgaremos privado.
Del dia que fue conde non yante tan de buen grado,
el sabor que dend e non sera olbidado."

Dan le tres palafres muy bien ensellados
e buenas vestiduras de peliçones e de mantos.
El conde don Remont entre los dos es entrado;
fata cabo del albergada escurriolos el Castelano:

"¡Hya vos ides, conde, a guisa de muy franco!
¡En grado vos lo tengo lo que me avedes dexado!
Si vos viniere emiente que quisieredes vengalo
si me vinieredes buscar fallar me podredes;
e si non, mandedes buscar; o me dexaredes
de lo vuestro o de lo mio levaredes algo."

"¡Folgedes, ya mio Çid, sodes en vuestro salvo!
Pagado vos he por todo aqueste año,
de venir vos buscar sol non sera penssado."


63

Aguijava el conde e penssava de andar;
tornando va la cabeça e catandos atras,
miedo iva aviendo que mio Çid se repintra,
lo que non ferie el caboso por quanto en el mundo ha
¿una deslealtança? ca non la fizo alguandre.
Hido es el conde, tornos el de Bivar;
juntos con sus mesnadas, conpeçolas de legar
de la ganançia que an fecha maravillosa e grand.